La Espiritualidad en tiempos del Whatsapp
Julián H. Ramírez Urrea, MD internista, Hospital Universitario San Vicente Fundación. Docente, Universidad de Antioquia. - elpulso@sanvicentefundacion.com
Le propongo este ejercicio antes de leer. Ponga su celular a un lado y concéntrese. Trate de llegar al final de este relato sin mirarlo. Resístase a la tentación de contestar cualquier llamada, revisar si hay nuevos mensajes de texto o verificar si llegó aquel correo electrónico que ha estado esperando durante todo este día.
¿Difícil?
Ahora que tengo su atención, piense en la cantidad de momentos que ha perdido por estar pendiente de su celular. Yo mismo me he sorprendido de la cantidad de ocasiones en que he dejado de saludar gente muy conocida en mi sitio de trabajo. Y con vergüenza confieso que al caminar me he tropezado. Trato de sentir algo de consuelo cuando veo que en los países “desarrollados“ están poniendo en el suelo de las calles las luces de los semáforos para evitar la cantidad de accidentes y muertes de los peatones por ver su celular ,… o sea que, no me pasa solo a mí.
Sin embargo, empieza uno a sentirse angustiado. Porque todo parece tan urgente y la no respuesta a cualquier mensaje de chat en forma instantánea resulta tan catastrófica que pareciera preferible contestar rápido, muy rápido, antes que pasen varios minutos con el “check azul” del Whatsapp que delata nuestra “tardanza”. Así, nos vamos convirtiendo en un producto instantáneo más, como el café instantáneo, la lasaña instantánea y todos los demás productos instantáneos de este gran supermercado en que parece se ha convertido a veces la vida.
Por algo decía Adam Smith: “si abordas una situación como asunto de vida o muerte, morirás muchas veces“. Muchas veces he muerto y no he correspondido a esa amigable sonrisa, no he visto el bello espectáculo de la naturaleza que hay a mi alrededor; ignoré la cálida voz de un ser querido que me trata de contar sus historias no instantáneas porque cada cosa que parasita nuestro tiempo, nos hace morir poco a poco.
Es todo un reto vivir el momento y más ahora en tiempos de la inmediatez que nos exigen los medios de comunicación y – cómo no - el “WhatsApp”. Sin duda, inventos útiles que se terminan convirtiendo en un estorbo al espíritu. ¿Podremos conservar nuestros sentidos intactos y nuestro disfrute palpitante de la vida en tiempos como estos, tan extraños?
Finalmente, ¿logró completar el ejercicio? Si es así, podría darse la oportunidad de emprender un nuevo camino y desconectarse cada vez más. De lo contrario, quizá sea momento de aprovechar la vida y dejar de morir poco a poco.
Para el personero la preocupación del alto número de casos de embarazos se debe a que en muchas oportunidades hay violencia dentro del hogar, o niñas que han vivido violencia no solo física o familiar sino también violencia sexual y que a los 12,13 o 14 años, “ellas encuentran una salida a sus problemas embarazándose de un joven para buscar una vida como mujer.”
¹http://www.lavoz.com.ar/opinion/medidas-preventivas.
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