Medellín los
ha recibido muy bien, les ha facilitado sus salas, acceso a
las historias clínicas, computadores, pero vemos que
recibimos muy poco beneficio del que deberíamos recibir,
cada día muchos aseguradores con su auditor hacen más
labor administrativa en su beneficio, no en el nuestro,
manifestó Clemencia Rodríguez, médica auditora
de ese centro asistencial. Y explicó: Es como abrirle
las puertas a nuevas glosas, no la oportunidad de que mejoremos:
Qué pasó con esto o aquello, sino
No se paga por
no se reconoce
, en vez
del diálogo, de acercarnos y buscar la solución.
Anotó: Es de esperar que la concurrencia sea una
actividad que beneficie a ambas partes, tanto al prestador como
al asegurador, y uno desearía que en ese encuentro diario
del auditor externo con los pacientes, con sus dificultades
y tropiezos, tuviéramos oportunidades de mejoramiento
y comunicación entre las partes; que a la vez que ellos
hacen seguimiento al paciente, estemos evaluando la prestación
del servicio para corregir los errores que se presenten en el
camino. Algunos auditores se volvieron generadores de órdenes
de servicio, y han llegado al punto de que niegan la orden y
no tenemos para dónde seguir, pues se supone que él
tiene la última palabra: si dice NO, es NO. A veces toman
posiciones muy verticales: Es que el asegurador soy yo.
Y agregó: Con algunas aseguradoras es muy complicado
obtener órdenes, el servicio se frena, y así se
tenga la factura porque ya al paciente se le prestó el
servicio, la orden no aparece, y no puedo mandar la factura
a la entidad porque el auditor concurrente no me la ha firmado.
Indicó la auditora del Hospital: Cuando son pacientes
ambulatorios, tenemos que tener la orden de servicio en la mano.
Pero con el hospitalizado tenemos la notificación, porque
el Hospital ha sido muy juicioso en el envío de los anexos
técnicos pero no logramos obtener la orden física
del paciente, y si requiere un procedimiento especial, hay que
esperar la ayuda del auditor concurrente.
Admitió que no es igual con todas las EPS, pero algunas
frenan y represan las cuentas: Unos auditores concurrentes
están para generar órdenes, otros no nos sirven
para generarlas sino para decirnos: - ¿Por qué
no han operado al paciente? - Porque estamos esperando la autorización,
y no aparece, les contestamos. Yo tengo que operar al paciente
y después pelear con la EPS para que me pague sin la
orden de servicio. Con una EPS, por ej., el problema son las
autorizaciones, y eso que tenemos un concurrente y una funcionaria
que evalúa la parte administrativa de los egresos; esto
se convierte en una función más para el Hospital,
que invierte demasiado tiempo en resolverle lo que necesita.
Con pocas EPS fluyen un poquito más las cuentas, son
más accesibles, nos ayudan con la verificación
de derechos, es lo que más se acerca a la buena concurrencia,
las otras mantienen silencio. Y el deber ser de una concurrencia
es que nosotros como prestadores seamos retroalimentados de
las falencias en el esquema de atención. |