MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 81    JUNIO DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

 

Un Doctor norteamericano buscando una respuesta
Ricardo Restrepo Guzmán, MD Boston, Estados Unidos - elpulso@elhospital.org.co
Un día de esos en que dejamos atrás la rutina y nos dedicamos a la lectura de nuestro magazín favorito, me encontré con un artículo impactante y con un gran sentido del humor. El artículo del magazín New Yorker, del 4 de abril de 2005, inicia con el Dr. Gaiwande, que está a punto de empezar su práctica, y se pregunta cuánto será su remuneración económica. El Dr. Gaiwande finalizaba sus 8 años de residencia en cirugía en el Hospital Brigham and Women's en Boston, y allí mismo tuvo su segunda entrevista de trabajo. Se sentía orgulloso y listo, se puso su cachaco y llegó la hora de sentarse en la oficina del jefe del departamento de cirugía, quien sin rodeos le dijo:
“el trabajo es suyo”. El residente vacilante replicó: Si… El contrato implicaba un salario garantizado por 3 años. Después de este tiempo, el Dr. Gaiwande era responsable por hacer su salario y pagar los gastos de su práctica medica. El jefe de departamento le preguntó: ¿cuánto cree que le debemos pagar? El Dr. Gaiwande recordó rápidamente sus gastos en la facultad de medicina, US$40.000 por año, luego recordó sus ganancias durante su residencia US$40.000 por año. Tuvo la valentía de responder: ¿y cuánto cobra un cirujano? El jefe lo miró detenidamente, movió su cabeza y dijo: “mire Doctor, usted es el que me dice cuanto cree que es un salario adecuado para empezar hasta que se establezca, y si es razonable, eso le pagaremos”. El jefe le dio unos días para pensarlo.
La salud en los Estados Unidos tuvo un costo de US$1.8 trillones.
Mucha gente se guía por lo que otros colegas devengan económicamente por su trabajo. Por esto el citado personaje inició una averiguación entre sus colegas; al preguntar, se vio enfrentado a silencios incómodos. Las muecas y los ademanes eran las respuestas más precisas que encontraba. Tal vez, si pregunto cuánto creen que me merezco será mejor, pensó, pero nadie pudo darle una cifra. La pregunta evidentemente era incómoda, pues los doctores supuestamente no ejercen esta profesión por el billete. Por eso en las películas los buenos doctores manejan carros viejos y destartalados, viviendo en apartamentos modestos, mientras que los doctores malos se visten de seda. Como residente, nuestro personaje se vanagloriaba de sus 100 horas de trabajo por semana y su poco salario. Una vez que los médicos salen a practicar su profesión, su imagen cambia. Desde los años 80, encuestas han mostrado como 2/3 de la población estadounidense cree que los médicos están “demasiado interesados en hacer dinero”. Pero las compañías prestadoras de salud son la que manejan en gran parte los pagos y los gastos del sistema de salud.
Pagos por servicios de salud
Para darse una idea de lo que las compañías de salud pagaban por procedimiento quirúrgico, nuestro colega se acercó al departamento de contabilidad de la institución, descubriendo allí un formato de 24 columnas con las empresas de seguros en salud, el nombre del doctor y el costo por cada procedimiento. Seiscientas páginas conformaban este gran paquete de costos: por ejemplo “baja complejidad” (servicio # 99203), pago US$77,29; visita por “alta complejidad” (servicio # 99205), pago US$151,92; procedimiento por luxación de hombro (servicio # 23650), pago US$275,70. Remoción de muñón: US$492,35, remoción de apéndice: US$621,31, remoción de pulmón: US$1662,34. ¿Y cuál es la intervención quirúrgica que más paga? Reconstrucción de diafragma en un recién nacido: US$5.366,98. ¿La intervención de menor costo? Remoción de uña encarnada: US$10,15.
Esta carta digna de un menú de restaurante podría parecer extraña. Pero explorando la historia, encontramos como desde tiempos del Código de Hammurabi en Babilonia a.C., un cirujano recibía 10 dinarios, por una operación que implicara salvar una vida. Ya en el siglo XIX las compañías de seguros trataban de estandarizar los costos médicos, y años atrás comenzó una distorsión de los costos médicos. Una cirugía de catarata duraba 2-3 horas en un pasado, en 1985 costaba alrededor de US$6.000; nuevas tecnologías llegaron y la operación se redujo a 30 minutos por procedimiento, pero los costos continuaron siendo los mismos. En los años 80, médicos que empleaban una hora en procedimientos e intervenciones para salvar una vida recibían US$40 por una colonoscopia y por extracción de pólipos US$600. Para el gobierno federal esto era inaceptable; el sistema ignoraba la intervención del médico general y distorsionaba la del especialista; por lo tanto, el gobierno decidió simplificar el problema y definir la compensación con base en el trabajo necesitado.
En 1985, William Hsiao, economista de la Universidad de Harvard, fue designado para medir el trabajo en cada procedimiento médico, proyecto algo quijotesco. Este economista logró una fórmula en la cual el trabajo era en función del tiempo gastado, del esfuerzo mental, del juicio médico, la habilidad técnica, el esfuerzo físico y el estrés. Se determinó que la histerectomía tomaba 2 veces mas tiempo que la sesión psicoterapéutica, 3.8 veces más esfuerzo mental, 4.47 veces más habilidad técnica y esfuerzo físico, y 4.24 veces más riesgo. El cálculo total: 4.99 veces más trabajo. Y así surgieron multiplicidad de cálculos y extrapolaciones, analizando los diferentes servicios prestados. El valor relativo fue calculado en dólares y así el costo de la medicina fue determinado y legalmente institucionalizado en 1992, cuando el gobierno inició el pago a los médicos de acuerdo con este sistema. Siguiendo el ejemplo del gobierno, las compañías de seguros en salud (EPS en Colombia) siguieron este camino, muchas veces aplicando diferentes múltiplos a sus cálculos, dependiendo de la negociación con cada médico.
Cuadrando gastos
Nuestro compañero continuó en búsqueda de cifras sin encontrar respuesta, a pesar de los múltiples cálculos establecidos. Si los números, los procedimientos de consultorio y trabajo en el quirófano fueran calculados con base en el sistema creado, nuestro colega podría hacer US$500.000 anuales. Pero la cosa no era como la pintaban, pues US$31.000 por año serían invertidos en el seguro para mala práctica médica, US$80.000 en arriendo de consultorio y la utilización de quirófano. Y, ¿qué hay acerca de computadores, equipo, la necesidad de secretaria y enfermera? El departamento de cirugía deduce 19.5% por estos servicios. Además, habría que considerar pacientes sin seguro, que son aproximadamente 10%, y aún más, pacientes con seguro médico que muchas veces pagan menos. Estudios sugieren que las compañías de seguros en salud encuentran cualquier razón para rechazar 30% de las facturas que reciben.
“Si yo hubiera sabido que esto era así, nunca habría hecho esta carrera”, suelen decir muchos colegas. En el 2004, en una encuesta realizada a médicos en Massachussets, se mostró que un 58% estaban insatisfechos con la relación salario/horas de trabajo, 56% encontraba que su profesión comparada con otras era mal pagada y 40% esperaba una disminución de su salario para los próximos 5 años. En estudios realizados por William Weeks, profesor de Darmouth, se demuestra que el médico trabaja muchas más horas que otros profesionales (el cirujano en 1998 trabajaba en promedio 63 horas a la semana). También se demostró que el endeudamiento financiero para costear la carrera médica, era más difícil de recuperar que en otras profesiones. Haciendo un rastreo, se encontró que el porcentaje anual de retorno económico durante la madurez era 16% para médicos generales, 18% para cirujanos, 23% para abogados y 26% para personas de negocios. Se mostró también que el médico tiene un ingreso estable después de 5 a 10 años de práctica médica, y posteriormente sus ingresos empiezan a disminuir en los siguientes años.
¿Trabajar por los pacientes o por las ganancias?
Para el 2003, el salario anual del médico general era US$156.902. Para el cirujano general era US$264.375. Muchas otras especialidades se acercan al medio millón de dólares, como en el caso de cirujanos cardiovasculares, ortopedistas, oncólogos, neurocirujanos y radiólogos. Otras profesiones ganan más y otras menos, pero la pregunta es, ¿estamos trabajando por los pacientes o por las ganancias? Por suerte no tenemos que elegir. Pero hay casos en los cuales algunos si han escogido, como el de un colega en un hospital de la costa este que ha practicado por tres décadas. Disfruta su trabajo, no tiene un horario esclavizante, su horario es de 9:30 a.m. a 3:30 p.m. un día a la semana, seis cirugías a la semana, y su pasión, la cirugía laparoscópica. Para su fortuna, tampoco tiene turnos nocturnos. Cuando el Dr. Gaiwande le preguntó cuanto ganaba, el cirujano respondió: Cerca de 1.2 millones el año anterior. La respiración de nuestro colega se interrumpió por un segundo. El cirujano consciente de la reacción de nuestro amigo respondió: “Los médicos fuimos culpables del cambio. Los médicos están trabajando por salarios comparables o menores que los de un plomero o un electricista, profesiones que no requieren el mismo tiempo de entrenamiento de un médico”. Su respuesta, sencilla: no tomar seguros; si un paciente decide verlo, hay que pagar en efectivo, y luego discutir y batallar con la compañía de seguros es su problema.
Un ejemplo de su forma de trabajo se refleja en su forma de cobro. Por colecistectomía laparoscópica, uno de los procedimientos más comunes en cirugía, la compañía de seguros paga US$700, él cobra US$8.500. No le faltan pacientes en su consultorio. Este cirujano trabaja en un área urbana donde muchos de sus pacientes tienen pólizas y seguros que permiten este tipo de pagos. Él es considerado un excelente cirujano y como él mismo lo expresó: “Yo sé en el fondo de mi corazón, que muchas de las cosas que yo hago, muchos no las pueden hacer”. Supongamos que nuestro compañero siga los pasos de este cirujano, evitando dolores de cabeza con las compañías, los pacientes y la tramitología. Pero, ¿querrá ser medico sólo para los privilegiados?

El médico trabaja muchas más horas que otros profesionales, el endeudamiento financiero para costear la carrera médica es más difícil de recuperar que en otras profesiones, y el médico tiene un ingreso estable después de 5 a 10 años de práctica médica, pero sus ingresos empiezan a disminuir en los siguientes años.

¿Por qué no? El cirujano argumentó: “Que los doctores sigan pensando que nuestra misión es altruista, es hacer como el avestruz y poner la cabeza dentro de la arena”. Todo el mundo saca ventaja de nosotros: el presidente de Aetna (una de las más grandes compañías prestadoras de salud en Estados Unidos) gana 10 millones de dólares. Las compañías de seguros hacen dinero con base en ponernos un salario o no aprobando lo que nosotros como médicos consideramos se debe hacer con el paciente. Para él, mientras más rápido el médico acepte que es un hombre de negocios, mejor.
La salud en los Estados Unidos tuvo un costo de US$1.8 trillones. Gobierno y empresas en salud pagaron 80%, el resto fue costeado por los pacientes. El dinero entonces fue destinado de la siguiente manera: 1/3 para los hospitales, 1/3 para los clínicos y el resto para ancianatos, medicamentos y pago de la administración del sistema de salud. Un médico en un día regular puede alcanzar la cifra de US$30.000 por cuidado médico que incluye: exámenes, consultas, estudios radiológicos y de laboratorio. Aquí es donde la salud se convierte en política. Hoy por hoy el médico estadounidense tiene un salario muy superior al de otros colegas alrededor del mundo. Comparado con el estadounidense promedio, el médico gana siete veces más, y la diferencia crece día a día (en otros países industrializados la diferencia es de 3 veces más). Esto ha permitido que esta nación atraiga a muchos profesionales del área de la salud y mantenga a los médicos trabajando más duro que en otras profesiones. Pero el panorama no es muy claro en torno de las políticas en salud. Uno de cada siete americanos no tiene seguro médico, uno de cada tres americanos menor de 65 años perderá sus servicios de salud en los próximos 2 años. Éstas son personas que no son pobres o ancianos que reciben ayuda gubernamental: son personas con trabajos que no cubren beneficios médicos para sus empleados.
Después de muchos ires y venires, nuestro colega Dr.Gaiwande regresó a la oficina del jefe de departamento y mencionó su salario. Ahora, es el Dr. Gaiwande quién se siente apenado de mencionar su salario. La conversación con su jefe se transformó en diálogo, consejos, familia, pero al final quedaba una pregunta: ¿cuáles serían los beneficios ofrecidos a él y a su familia en términos de salud? .
Nota: Datos y anécdotas tomados del artículo “Piecework” escrito por Atul Gaiwande en el magazín “New Yorker”, 4 de abril de 2005.
 
Otros artículos...
En qué va el ajuste en la ESE Rafael Uribe Uribe - Se buscan alternativas para equilibrio financiero y supervivencia institucional
¿Legitimará las actuales tarifas del mercado? - “Manual tarifario único no implica reajuste de tarifas del mercado”
Cuadro de Mando Integral - Modelo para la planeación corporativa y herramienta para medir resultados en un Sistema de Gestión Integral
Como diversificar su portafolio de inversión - Corfinsura
Radicada para segundo debate, ponencia del proyecto de ley 052 - Aseguramiento: eje principal de la reforma a la Ley 100
Anotaciones sobre integración vertical
Gerenciar Hoy en Salud
Tarifas como instrumento regulador del servicio de salud
¿Necesitamos una reforma en salud?
Hospitales y Clínicas evaluaron las EPS - Sanitas y Susalud, calificadas como las mejores EPS
Bogotá: ¿es paradigma en el sistema de salud actual?
País y Niñez - Erradicación del trabajo infantil: manos a la obra
Recursos generados por planilla única se invertirán en aumento de cobertura en salud subsidiada - ¡Por fin! Planilla Integrada de Pagos de Aportes a la Seguridad Social y parafiscales
Un Doctor norteamericano buscando una respuesta
Terminan más de 40 años de hacinamiento en los corredores - Clínica San Pedro Claver estrena Unidad de Urgencias y de Cuidados Intermedios
Colombia y China suscriben acuerdo de cooperación en salud
VI Reunión Andina para el control de la enfermedad de Chagas
Gestión de altas instancias del sistemade salud: una vez más en tela de juicio
Por qué salud pública se debe contratar por evento
 



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved