La primera referencia
del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a las farmacéuticas
provocó que el subíndice de biotecnológicas
del Nasdaq cayera 4% en enero y se encaminara a su peor descenso
desde 2016. El Nasdaq es el acrónimo de National Association
of Securities Dealers Automated Quotation y es la bolsa de valores
electrónica automatizada más grande de Estados
Unidos.
Las empresas de biotecnologías y productos farmacéuticos
que cotizan en la Bolsa de Valores reaccionaron así a
la afirmación del mandatario de que estas compañías
se estaban saliendo con la suya con lo que cobraban
al Gobierno de EE. UU. por medicamentos, y que por ello reduciría
los precios a toda costa.
Luego, durante una reunión con las cabezas de estas organizaciones,
el líder les prometió acelerar el proceso de aprobación
de nuevos medicamentos, esta vez en un tono más conciliador.
Aunque la acción depende de la Agencia de Alimentos y
Fármacos (FDA, en inglés), el mandatario la ofreció
con el fin de estimular la producción en el país,
una de las políticas bandera de su Administración.
El cambio de parecer de Trump, dice Germán Holguín,
director de Misión Salud, se dio porque las multinacionales
no se quedaron quietas con las amenazas de que empezarían
a regularlas, sino que armaron una campaña de defensa,
con un lobbista por cada miembro del Congreso.
Movieron todo ese equipo hasta que se produjo, no casualmente,
la última reunión con las farmaceúticas,
en donde Trump echa para atrás y les ofrece que para
atraer producción a Estados Unidos les va a bajar impuestos,
les va a reducir trámites regulatorios y les ofreció
apoyos en otros intereses que no están precisados,
detalla
Al respecto, Gustavo Morales, presidente de la Asociación
de Laboratorios Farmacéuticos de Investigación
y Desarrollo, Afidro, explica que el anuncio sobre agilizar
las aprobaciones, incluso de biotecnológicos (que se
producen a partir de organismos vivos) cuya eficacia se compruebe
en primeras fases de estudios clínicos, no significa
una renuncia a los estudios clínicos, sino que
se trata de resultados en primeras pruebas que sean abrumadoramente
positivos.
Como la FDA marca la pauta en otros países, detalla Morales,
lo que probablemente suceda en Estados Unidos terminará
replicándose en el mundo entero. De hecho, de acuerdo
con el presidente de Afidro, es posible que en próximos
meses en Colombia se vea un cambio regulatorio, en la medida
en que el Invima establezca unirse a la institución norteamericana,
buscando caminos más rápidos, sin renunciar
a estudios clínicos, para aprobar productos en
primeras fases.
Estados Unidos, espejo para Colombia
Teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene una incidencia
directa en la política pública de la región,
y que Colombia no es la excepción, Claudia Vaca, directora
del Centro de Pensamiento, Medicamentos, Información
y Poder de la Universidad Nacional, dice que los anuncios de
Trump y los nuevos escenarios de las farmacéuticas hacen
que se desplieguen unas presiones muy grandes para adoptar estándares
regulatorios, incluso en el sur del continente.
El primero de los anuncios, el de los precios de los medicamentos,
generó una expectativa grande porque Colombia también
ha optado por negociar, y así disminuir precios y aumentar
cobertura. No obstante, para Vaca, en la reunión del
magnate con las farmacéuticas, él priorizó
el tema de aprobación de nuevos fármacos y no
quedó claro si en efecto las regulaciones van a ser reales
y cómo las va a efectuar.
De hecho, continúa la investigadora, Trump estableció
en ese encuentro que los países del sector de la industria
farmacéutica que regulan a las compañías
podrían estar impactando negativamente a la industria
norteamericana, y que por ello esta tenía que producir
en el exterior, afectando así sus recursos para investigación.
Como a partir de la Ley Estatutaria Colombia tiene una regulación
muy robusta, a Vaca le preocupa que haya nuevas presiones
de Estados Unidos para evitarlas.
Adicionalmente, Holguín considera que es muy probable
que el Gobierno de Estados Unidos, empujado por el presidente,
proponga la renegociación del TLC con Colombia, y si
eso sucede, entonces sí tendremos altísimos
riesgos en materia de acceso a medicamentos en Colombia.
De acuerdo con el director, ese escenario de re-negociación
es gravísimo, ya que cuando se aprobó el TLC,
fue el mismo Misión Salud el que luchó por evitar
a toda costa que se incorporaran nuevas barreras al acceso
a medicamentos genéricos con precios asequibles. Ahora
eso podría volver a estar en juego, añade.
Según Morales, aunque hasta ahora las agremiaciones
farmacéuticas en Colombia no han recibido ningún
cambio en la posición del Gobierno de Estados Unidos
frente a la regulación de productos biotecnológicos
en el país, sí sabe que la Oficina del Representante
Comercial de EE. UU., responsable de desarrollar, coordinar
y supervisar la política comercial internacional de
Washington, está recopilando información para
publicar su informe anual (en abril) sobre medicamentos.
Estaremos muy atentos a lo que digan, si Estados Unidos
insiste en su desacuerdo con que exista una tercera vía,
será difícil que Colombia cumpla con los estándares
internacionales en materia de biotecnológicos,
añade el líder.
|