MEDELLÍN,   COLOMBIA,   SURAMÉRICA    AÑO 6    NO 79    ABRIL DEL AÑO 2005    ISSN 0124-4388      elpulso@elhospital.org.co






 

Torre de Babel
Conrado Gómez Vélez Especialista en salud pública y en evaluación social de proyectos. Magíster en ciencias políticas
elpulso@elhospital.org.co

Algo que resulta sorprendente es que llevemos varios años en Colombia sin un sistema de información en salud adecuado, veraz y oportuno. Mucho menos si tenemos en cuenta que el de nuestro país es un sistema de aseguramiento, en donde la información es el insumo principal que permite conocer la siniestralidad, el estado de salud de las personas, y por lo tanto el costo presente y futuro de su carga de enfermedad.
No es un problema sencillo, ni siquiera de comprender. Por una parte no se pueden mitificar los alcances del sistema de información que teníamos antes de la reforma, porque si bien daba cuenta del uso de servicios en la red pública y adscrita, esta misma información no se obtenía del ISS ni de la red privada. Tampoco conocíamos el comportamiento de los costos o de otras cosas tan importantes como recursos humanos; de allí que la red pública acumulara una deuda laboral tan cuantiosa que la solución dada por sucesivas reestructuraciones viene resultando una medida sumamente dolorosa y según otros llamada a fracasar. Sin embargo, ese sistema estaba diseñado para trabajar con muy poca información o por lo menos datos de los que exige un sistema de seguros. En segundo lugar, entrando en el sistema actual, no han sido pocos los avances que el país ha dado en temas como recaudo, compensación, afiliación e incluso costos. Pero esos avances no son suficientes y en conjunto no construyen un sistema de información.
Tampoco ha faltado iniciativa en los ministros. Uno a uno han venido proponiendo su sistema de información, acompañándolo con diversas investigaciones definidas para conocer aspectos puntuales de su interés o del propósito de su equipo de trabajo; esfuerzos que no siempre han sido entendidos o recogidos por sus sucesores. Pero la verdad es que ni siquiera para los funcionarios, apoyados por la institucionalidad, ha sido fácil obtener un consenso sobre los contenidos y las obligaciones del sistema de información, y mucho menos lograr el apoyo unificado de los diferentes actores del sistema, o de quienes tienen que rendir la información, porque como se recordará, estos grupos siempre han salido por turnos a decir cada vez que existe una iniciativa, que ésta es absurda o costosa o que no se puede aplicar por una y mil razones más.
Que la información sea un factor fundamental de poder y una garantía de la democracia, es algo que no se puede pasar de vista para entender y solucionar este problema.
Confusión
Al final, lo que tenemos es una torre de Babel, contando que ni siquiera hemos logrado unificar la codificación ni la denominación de los procedimientos y servicios como proponía el CUPS (Código Unificado de Procedimientos y Servicios), y porque lo que quedó funcionando de los RIPS (Registros Individuales de Prestación de Servicios) a la buena voluntad de los intervinientes, no da para seguir de una forma razonable el comportamiento de salud y enfermedad de los colombianos.
¿A que se debe esta tortuosidad? Sería muy bueno preguntarle a los ministros y funcionarios actuales y a los de otras administraciones lo que pasa para saberlo, pero mientras tanto es bueno tener presente que la información es, o el principal recurso de poder o uno de los más importantes, y que es indispensable para actuar. Otra cuestión principal de esta discusión, es que la información constituye una garantía esencial en las democracias, esencial para el buen gobierno, porque las burocracias se construyen a través de "representantes" del soberano, que adquieren por ser elegidas un mandato, pero a cambio de que informen a la sociedad de sus acciones, quedando la rendición de cuentas como una garantía fundamental y no simplemente como una formalidad.
La información: factor de poder
Que la información sea un factor fundamental de poder y una garantía de la democracia, es algo que no se puede pasar de vista para entender y solucionar este problema por varias razones.
1. Como la información constituye un factor de poder, es disputada por diversas organizaciones e interesados, y en general por todos aquellos que actúen en competencia por los bienes públicos y privados. De allí que el Estado sea responsable de garantizar la información que por su significación ha de ser pública, obligando a quienes la producen a rendirla. Factor que ha venido a convertirse en un asunto sustancial en el sistema de salud colombiano, porque la delegación de la afiliación y de otras funciones públicas que se hizo a compañías o entidades privadas, se ha vuelto una barrera inquebrantable, que transforma el conocimiento en un recurso de competencia y estrategia, reservado para quienes participan en un concepto de mercado regulado como el nuestro.
2. La información cuesta. Para obtenerla, las compañías llenan pisos enteros de oficinistas y compran infraestructuras enormes, dedicadas a confeccionarle los informes que exigen la administración de impuestos, las superintendencias, las secretarías de salud y demás. Poca voluntad tienen por lo tanto para producir datos que no estén plenamente justificados o que sean diferentes de aquellos que garantizan sus utilidades o de los que les obligan los reglamentos.
3. La información acompaña la voluntad política y expresa las visiones de la relación vigente de Estado y Sociedad. Es decir, refleja los intereses y las preocupaciones tanto de quienes gobiernan como de quienes actúan de una u otra manera en la arena económica y social. Esto hace que, siendo muy activos los grupos de interesados y de presión, la voluntad de la sociedad civil se vea en desventaja para lograr la información y las decisiones que le sean útiles o que sirvan a su servicio. Por eso una obligación principal de los gobernantes consiste en acercarse a la población por entre los grupos de interesados para informarlos, y con su apoyo exigirles a los agentes económicos la parte que deben dar a la ciudadanía.
El peso de la visión del Estado
Un elemento fundamental para concluir esta reflexión, es que existen diferentes visiones sobre el Estado, y por tanto sobre lo que ha de ser publico o privado, y que justamente la Ley 100 de 1993 cambió estos balances en el marco de la reforma de los años noventa.
Esta diferencia explica por qué algunos consideran que el Estado no es responsable de conocer sobre las enfermedades de las personas o sobre lo que haga para resolverlas, sino de ofrecerles medios económicos para comprar los servicios que requieran, sea dándoles un seguro o creando los medios para que lo tengan. Otros en cambio consideran que el Estado es responsable de ofrecer los servicios a todos los colombianos y de garantizar la salud como un derecho. Esto quiere decir por supuesto, que debe informarse y actuar hasta esas fronteras. No es una discusión de cualquier envergadura, porque como se sabe, mientras la administración actual desarrolla la visión de la Protección Social, con sus perspectivas y limitaciones, mientras otros optan por concepciones diferentes, cada una por supuesto tiene un concepto de sistema de información y de acción distinto. Por eso en estos momentos resulta fundamental que el ministerio intensifique sus reflexiones y la discusión sobre el sistema de protección social, y sobre la manera en la que la salud está considerada en él, haciendo extensiva la discusión de los instrumentos operativos y de información que se requieren. En esta discusión debe incluirse el concepto y la garantía de la salud pública.
La información es disputada por diversas organizaciones e interesados, y en general por todos aquellos que compiten por los bienes públicos y privados. La información cuesta. La información acompaña la voluntad política y expresa las visiones de la relación vigente de Estado y Sociedad.
Como no se actúa sobre lo que no se conoce bien, hay que ver que cuando se lamenta la ausencia de salud pública en la reforma, porque la Ley 100 no se la propone o porque según el parecer de otros le es contraproducente, esto tiene mucho que ver con el sistema de información. De otro modo, sería un buen comienzo y se haría mucho por la salud pública, si se lograra construir un mejor sistema de información que le permita a la gente conocer la evolución y el comportamiento de su salud y de la enfermedad, para que actúe y solicite los recursos y conductas necesarias para atenderlos. También para que los actores políticos y los expertos en el tema puedan actuar mejor
 
Otros artículos...
Por fallas técnicas en el nuevo proceso de compensación - Sistema de salud colombiano estuvo al borde del colapso
En el Hospital Universitario San Vicente de Paúlo - Experiencia y resultados en
Grupos Relacionados de Diagnóstico (GRD)
Torre de Babel
En el Hospital Universitario San Vicente de Paúl: Un hígado para dos - Con la técnica split, primer trasplante hepático doble en Colombia
Ronelly S.A. - 25 años al servicio de la saludo
Cooperación internacional para salud: un camino pedregoso por financiación
El racionamiento en salud
Esperanza por nuevo hospital universitario en Cartagena - La entidad ya estaría constituida en papel y tendría gerente
Cinco para el 2005: Cinco razones para perdonar
Aplazado el traslado de afiliados del régimen subsidiado
Antioquia buscaría cobertura universal en salud este año / Restringirían venta de antibióticos en Bogotá
En última ronda de negociación del TLC se definirán temas sensibles - Continúa en la cuerda floja acceso de colombianos a medicamentos en TLC
Nuevas áreas y productos en Planta Farmacéutica de Corpaúl
País & Niñez: Plan “País por la infancia”: compromiso de Colombia
Medicamentos y acciones contra tuberculosis / Certificada Clínica del Prado
Nombrada nueva gerente de Metrosalud / Cardiología de avanzada en Clínica Medellín El Poblado / En Bucaramanga Continúa transformación del Hospital Ramón González Valencia
Recuperar el sueño del médico
 
 

 



Arriba

[ Editorial | Debate | Opinión | Monitoreo | Generales | Columna Jurídica | Cultural | Breves ]

COPYRIGHT © 2001 Periódico El PULSO
Prohibida su reproducción total o parcial, así como su traducción a cualquier idioma sin autorización escrita de su titular
. Reproduction in whole or in part, or translation without written permission is prohibited. All rights reserved