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Cinco
para el 2005:
Cinco razones para perdonar
Artículo
publicado en Harvard Women´s Health Watch
En enero 2005 Traducción: Catalina Estrada Restrepo |
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En años
recientes, las comunes resoluciones de año nuevo se han
alejado de las plegarias de mejoramiento personal. En cambio,
las personas se comprometen con pasar más tiempo con
sus familias y amigos, disfrutar más la vida y reducir
el estrés. Pero, ¿qué pasa cuando la familia
y los amigos son los que lo estresan, cuando su comportamiento
desilusionador o hiriente se convierte en fuente molesta de
infelicidad o resentimiento?
Hay situaciones que hieren o angustian, desde asaltos físicos
y traiciones emocionales, hasta conflictos cotidianos entre
nuestros deseos y los de quienes nos rodean. Dependiendo de
la gravedad del incidente y de la ayuda recibida, somos capaces
de sobrepasar situaciones que nos hacen daño. Pero a
veces es difícil dejar ir algún resentimiento
o rencor. Mentalmente revivimos situaciones en que fuimos tomados
a mal o no comprendidos, y podemos sentirnos ofuscados o victimizados,
volviendo a vivir nuestro punto de vista en la historia o pensando
formas de vengarnos por lo sucedido.
Esto genera respuestas físicas, altos niveles de
hormonas de estrés, aumento de presión sanguínea
y ritmo cardíaco. Cuando las personas se apegan a la
angustia y a los traumas pasados de forma vehemente, la respuesta
de estrés nunca se aleja; pagan un precio muy alto:
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su bienestar físico
y emocional, afirma la psicóloga Ann Webster, PHD.,
Directora del programa de cáncer en el Instituto Médico
Cuerpo/Mente en Massachussets.
Siglos de enseñanzas
religiosas promulgan el perdón como virtud. Hoy crece
la evidencia de que cuando perdonamos, mejoramos nuestra salud
y logramos una vida más feliz. La habilidad de perdonar
debe haber evolucionado, en parte, como un modo de remediar
situaciones que de otra forma llevarían a un insano estrés
psicológico y neurobiológico, dice Pietro Pietrin,
MD, PHD., Director de Bioquímica Clínica en la
Universidad de Pisa. En este laboratorio investigan qué
pasa en el cerebro cuando perdonamos, con base en imágenes
de resonancias magnéticas funcionales, y encontraron
que diferentes partes del cerebro se activan cuando se contempla
el perdón, más que la venganza y la retaliación.
¿Qué es el perdón?
Perdonar significa dejar ir la angustia o el resentimiento,
algunas veces acompañando esta acción con la creación
de una gran empatía por el punto de vista de quien nos
ha hecho daño. Es una decisión personal no permitir
que los daños del pasado comprometan nuestro futuro,
atascando nuestros pensamientos y emociones. Esto no significa
negar el daño, o permitir que la persona a quien perdonamos
vuelva a ser parte de nuestra vida; ni siquiera se requiere
hablarle directamente. Aunque pueda sorprender, los beneficios
principales de perdonar son para quien perdonó, y no
para quien fue perdonado.
Perdonar es una habilidad como cualquier otra dice
Webster. Usted puede examinar sus pensamientos negativos,
de pronto escribir sobre ellos para considerar si se justifica
apegarse a ellos. Algunas veces puede reenfocar la forma en
que piensa acerca de cosas que le han pasado; esta técnica
que los psicólogos llaman reparación narrativa,
permite apreciar sus fortalezas o formas para enfrentar la situación.
A veces es necesario hacer un cambio concreto, como salir de
una relación abusiva, para moverse y sobrepasar el problema.
El perdón no significa negar lo sucedido o anular los
sentimientos, sino cambiarlo por aceptación y comprensión,
suavizando y dejando ir sus resentimientos.
Algunas personas, generalmente los optimistas, encuentran más
fácil perdonar y superar todo tipo de decepción
y traumas. Para la mayoría de nosotros, es un proceso
difícil. El perdón requiere cambios en muchos
niveles. No hay un tiempo límite ni una fórmula
para determinar qué se debe hacer, dice Webster.
5 razones para perdonar en el 2005
1. Reduce el estrés. Según investigadores del
Hope College en Michigan, cuando recreamos mentalmente un recuerdo
doloroso o alimentamos un sentimiento de rencor contra una persona
que nos ha maltratado u ofendido, el cuerpo reacciona generando
estrés.
Los músculos de la frente se tensan, se intensifica el
sudor, se aumenta el ritmo cardíaco y la presión
sanguínea, y otras medidas indican que hay una alerta
en el sistema nervioso. En cambio, si nos imaginamos garantizando
el perdón o dibujamos en nuestra mente cómo se
debió haber sentido una persona, los indicadores físicos
del estrés se mantienen en equilibrio. No se puede cambiar
el pasado; sin embargo, este estudio demuestra cómo cambiando
los pensamientos acerca del pasado doloroso, se puede reducir
su impacto y las consecuencias, como el estrés y las
enfermedades relacionadas.
2. Un cambio de corazón. El deseo de perdonar puede bajar
el riesgo de enfermedades cardíacas. En estudios en el
laboratorio de la Universidad de Tenesee, se comprobó
que perdonar un pariente o un amigo por una traición,
se asocia con mejoras en la presión sanguínea,
ritmo cardíaco y reducción de la carga de trabajo
del músculo del corazón.
3. Relaciones más fuertes. Gústenos o no, las
parejas que llevan juntas largo tiempo a menudo se hieren. En
estudio de la Universidad de Búfalo, publicado en el
periódico Psicología de la Familia en junio de
2004, acerca de matrimonios que llevan mucho tiempo juntos,
se encontró que las mujeres resuelven mejor sus conflictos
maritales cuando perdonan y sienten benevolencia frente a un
comportamiento hiriente del esposo.
Desarrollar la capacidad de perdonar puede ayudar a prevenir
que pequeñas decepciones crezcan. Volver habitual la
práctica del perdón con los que viven cerca de
nosotros, la esposa o un niño malcriado, es tan sano
como limpiar los dientes para prevenir formación de caries.
Puede evitar que pequeños incidentes se conviertan en
resentimiento.
4. Ayuda a prevenir el dolor y enfermedades crónicas.
Al enfrentar el dolor de enfermedades terminales o crónicas,
a veces respondemos con angustia, frustración y auto-culpa,
o culpamos a otros por el sufrimiento que les causa a quienes
viven cerca de nosotros o por la pena que deja la pérdida
de una vida sana. La habilidad de perdonarse a si mismo, ayuda
a sanar el dolor y la enfermedad relacionada.
En estudio piloto en el Centro Médico de la Universidad
de Duke, 43 pacientes con dolor de espalda crónico fueron
seleccionados al azar para recibir, además de su tratamiento
habitual, un curso de meditación en amor-amabilidad de
8 semanas, práctica budista para transformar la rabia
en compasión. Al final de las 8 semanas, los pacientes
que recibieron el tratamiento usual no mostraron cambios en
su dolencia, en cambio quienes practicaron meditación
se sintieron mucho menos ansiosos y menos adoloridos.
Las personas usualmente enfrentan el perdón cuando encaran
enfermedades terminales. El final de la vida es el momento
en que las personas tienen oportunidad de decir lo que necesitan
decir, para reparar relaciones o decir lo siento, o para dejar
ir y no estancarse en aquellas cosas que se hicieron o se dijeron.
Puede haber perdón a muchos niveles, lo que hace más
fácil partir para la persona que se está yendo
y para las que se quedan, afirma Webster. Ella agrega:
hago una gran cantidad de consulta a personas que están
trabajando en el perdón después de haber perdido
a alguien, y es difícil. A menudo dicen que habría
sido maravilloso haberlo hecho cuando quien murió, estaba
vivo aún.
5. Mayor felicidad. Cuando usted perdona a alguien, se hace
responsable activo de su propia felicidad -más que de
la felicidad de la persona a quien perdonó-. Cada vez
más, los psicoterapeutas encuentran que en el momento
adecuado dentro de la terapia, las técnicas de perdón
ayudan a enfrentar pérdidas emocionales y heridas del
pasado.
De acuerdo con una encuesta de consejeros de salud mental, al
94% les parece apropiado que los terapistas traten el tema del
perdón en sus consultas. Tres de cuatro han usado técnicas
de perdón para ayudar a sus pacientes a expresar y desahogar
su angustia; incluso, un pequeño número de consultores
usaron técnicas para ayudar a desarrollar empatía
por la persona que le hizo daño a sus pacientes.
En una encuesta a clientes de terapia individual, presentada
en la reunión anual de la Asociación Americana
de Psicología en el 2004, casi todos los encuestados
reportaron haber experimentado algún dolor significativo
en sus vidas, y 3 de 4 indicaron que a ellos les gustaría
estar en capacidad de perdonar a las personas responsables de
su dolor y reemplazar la amargura y la rabia con sentimientos
de bienestar. Muchos de aquellos que no se sienten preparados
para perdonar, esperan reducir la intensidad de su amargura
y rabia, y afirmaron al menos no estar anclados en su posición
o en la necesidad de vengarse. Más significativo aún:
los clientes que hablaron explícitamente acerca del perdón
durante su terapia, experimentaron una gran mejoría en
sus síntomas. |
Perdonar no significa
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- Pretender que todo está bien
- Guardar la rabia y los sentimientos de dolor
- Condonar comportamiento que es dañino
- Tener contacto con el que lo ofendió
- Algo que se hace bajo presión
- Olvidar. Usted puede recordar el pasado sin estancarse
en las emociones.
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