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En el Hospital Universitario
San Vicente de Paúl: Un hígado para dos |
Con la técnica
split, primer
trasplante hepático doble en Colombia |
La necesidad de reducir
los índices de fallecimientos en las listas de espera
de pacientes, especialmente pediátricos, cuya única
esperanza de vida es un trasplante pero para los cuales hay
pocos o ningún donante, llevó a los especialistas
del Grupo de Trasplantes del Hospital Universitario San Vicente
de Paúl y de la Universidad de Antioquia a practicar,
por primera vez en Colombia, dos trasplantes hepáticos
a partir de la división de un solo hígado obtenido
de un donante cadavérico con muerte cerebral. |
El hígado
tiene una estructura que permite dividirlo en partes
funcionales diferentes, o sea que un segmento puede
funcionar como órgano total
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La técnica conocida
mundialmente como split (palabra inglesa que significa partir
en dos), fue la tabla salvadora de un niño boyacense
de 11 años que padecía de una cirrosis hepática
secundaria a la obstrucción de las venas de drenaje del
hígado, y de una señora de 61 años, enferma
de una cirrosis hepática secundaria a infección
por el virus de la hepatitis C.
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El trasplante doble
de hígado se realizó el pasado 14 de febrero,
pero la idea se venía estudiando desde el mes de mayo
de 2004, cuando los especialistas desarrollaron un protocolo
para dividir un hígado en dos porciones, equivalentes
desde el punto de vista funcional, y así brindarle la
oportunidad de vivir a dos personas, según explica el
doctor Jorge Iván Gutiérrez, cirujano general
y de trasplantes abdominales.
Al ver que nuestros niños en lista de espera se
nos estaban muriendo a causa de la escasez de donantes, nos
pusimos la meta de realizar este procedimiento, que ya tiene
antecedentes en países latinoamericanos como Argentina
y Brasil, pero que en Colombia nunca se había realizado,
sostiene el especialista.
Maratónica jornada
Alrededor de 20 horas trabajó el grupo de profesionales
que participaron en el procedimiento quirúrgico, que
va desde la ex-tracción del órgano donante hasta
la implantación en cada uno de los pacientes receptores.
El hígado tiene una estructura que permite dividirlo
en partes funcionales diferentes, o sea que un segmento puede
funcionar como órgano total; basado en eso y conociendo
la anatomía del hígado, se hace una escisión
del órgano para sacar un segmento o un lóbulo
del hígado para cada paciente, explica el doctor
Gutiérrez.
Técnicamente, la primera parte la constituyó la
extracción del órgano y su posterior división
en dos segmentos, calculados previamente por volumen, peso y
capacidad funcional como aptos para cada uno de los receptores,
y teniendo especial cuidado en que cada uno de ellos contara
con venas, arterias y conductos biliares lo suficientemente
amplios y suficientes para garantizar su perfecto acople, una
vez colocados en la cavidad abdominal del paciente.
La segunda parte fue la implantación de un segmento hepático
en cada uno de los pacientes, en un procedimiento de aproximadamente
6 horas de duración para cada uno.
Según el doctor Jorge Iván Gutiérrez, el
riesgo de esta cirugía es similar al de cualquier otro
trasplante, pero requiere de una excelente disponibilidad locativa
y del doble de especialistas de un único trasplante.
Los niños: los más sacrificados
por falta de trasplante
Este tipo de procedimientos abre nuevas expectativas para
aquellos pacientes afectados por enfermedad terminal hepática
y que deben permanecer en lista de espera durante períodos
de hasta uno o dos años antes de recibir un trasplante,
que de no lograrse a tiempo, conducirá a la muerte de
entre el 10 y el 15% de los afectados, entre los cuales hay
buen número de niños, asevera el doctor
Alfredo Santamaría Escobar, pediatra, hepatólogo
clínico y de trasplantes, otro de los especialistas que
participó en la operación.
Según el doctor Santamaría, en Colombia, en materia
de trasplantes, los más sacrificados son los niños,
pues por cada cien donantes adultos, solo hay como mucho dos
pediátricos, lo cual representa un oscuro panorama para
los menores. |
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La escasez de donantes
pediátricos se explica, en primer lugar, porque los
especialistas de pronto no están informando de los
niños que hacen muerte cerebral, y segundo, por la
falta de conciencia y voluntad de las familias para donar
los órganos de los menores que fallecen
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El objetivo
con este tipo de procedimiento es beneficiar a los niños
de forma que tengan el mismo chance (oportunidad, suerte) que
tienen los adultos de recibir un trasplante de hígado,
pues lamentablemente en nuestro país hay muy poca donación
de órganos de niños, afirma Santamaría
Escobar, uno de los pocos hepatólogos pediatras que hay
en Colombia.
Precisamente la falta de especialistas en esta área,
hace que no haya mucha motivación en cuanto a la donación
pediátrica, y que se pasen por alto muchísimas
enfermedades hepáticas que afectan una buena proporción
de niños.
Órganos dadores de vida
A juicio del doctor Jorge Iván Gutiérrez, la escasez
de donantes pediátricos se explica, en primer lugar,
porque los especialistas de pronto no están informando
de los niños que hacen muerte cerebral, y segundo, por
la falta de conciencia y voluntad de las familias para donar
los órganos de los menores que fallecen: El sentimiento
por la muerte de un niño, de un menor, es muy grande;
la negación para donar órganos es posiblemente
mucho más alta que cuando se trata de un adulto, pero
es necesario concientizar a las familias de que incluso los
bebés pueden ser donantes, y que esta decisión
puede salvar otro bebé que todavía tiene la esperanza
de vivir . |
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