convierte
en motivo de discusión, pues viene el reproche de ¿por
qué estas tan cansado? ¿Qué te pasa? ¿Estás
enfermo? O, ¿doctor, Usted se siente bien?.
En otras ocasiones, el mismo hospital es testigo de otra aventura
más cuando por medio de un paciente, un poco preocupado
por el doctor, nos vemos sujetos a interrumpir el feliz sueño
de nuestro colega que duerme apaciblemente en el consultorio.
Todo esto como consecuencia de una deprivación del sueño
crónica y parcial. Una historia repetida por las diferentes
generaciones de médicos que muchas veces en tono heroico,
nos encargamos orgullosamente de corroborar una y otra vez la
gran resistencia que hemos adquirido para estar despiertos,
sin entender las consecuencias negativas de esta falta de sueño.
Muchas veces el médico se ve expuesto a extensos horarios
por la presión económica a la cual se ve sujeto.
Esto, consecuencia de un sistema en el cual el médico
se convirtió en un comodín que se adapta a lo
que sea con tal de lograr mantener ciertas aspiraciones económicas
para así supuestamente mantener dignidad en su vida.
Si el médico colombiano está expuesto a este tipo
de horario y carga laboral, esto mismo no deja de ser una gran
preocupación en el sistema de salud en los Estados Unidos.
Períodos de sueño de residentes en EU
El promedio de horas de sueño del residente estadounidense
de primer año -internship- es de 5.7 horas por noche,
y para el segundo año de residencia aumenta en 13.8 minutos
por noche. En evaluación a 1.600 residentes de 21 especialidades
en primer año, se mostró que los patólogos
tienen el mayor promedio con 6.9 horas de sueño por noche.
Cirugía general obtuvo el honroso primer puesto con 5
horas promedio de sueño por noche.
Como bien se sabe, el sueño es algo variable según
el individuo y su fisiología, pero se recomienda en general
8 horas de sueño para un desempeño óptimo
al día siguiente. En una encuesta realizada entre 5.616
residentes de primer y segundo año, cifra equivalente
a 15% de residentes en los Estados Unidos registrados por la
AMA (American Medical Asociation), se evidenció el problema.
Esta encuesta fue respondida por 3.064 de ellos y en ella se
hacían preguntas relacionadas con horas de trabajo, supervisión
por parte de profesores, aprendizaje, estrés, aspectos
de la residencia y preguntas acerca del sueño; se encontró
que en noches de turno, sólo dormían 2 a 3 horas
y solo 15 dormían 8 o más horas. Una correlación
directa fue encontrada entre horas de trabajo y poco sueño,
con insatisfacción en la experiencia de ser residente.
La deprivación del sueño mostró que ésta
limita el aprendizaje del médico, principal propósito
del programa de residencia.
Residentes de primer año reportaron un promedio de 83
horas de trabajo a la semana, mientras los de segundo año
76 horas por semana. Cerca de la mitad de residentes de primer
año y 1/3 de segundo año, reportaron trabajar
más de 80 horas por semana. Un porcentaje de 7% de los
encuestados trabaja 106 horas a la semana.
Por años se ha hablado en este país de regularizar
las horas de trabajo del médico residente, y en julio
de 2003, ACGME (Accreditation Council for Graduate Medical Education)
decidió limitar el máximo de horas de trabajo
a 80 horas por semana.
Residentes con 5 horas o menos de sueño en la noche mostraron
en comparación con los que dormían más,
una duplicación en situaciones que impedían un
buen desempeño clínico, en 5 o más ocasiones.
Estos residentes mostraron el doble de riesgo de cometer errores
en decisiones médicas, de ser demandados por mala práctica
médica, de haber estado expuestos a serios accidentes
o lesiones, como también de haber tenido serios altercados
con otros residentes, profesores o enfermeros.
En la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, el doctor
Charles A. Czeisler y Frank Baldino, Ph.D., argumentan que a
menos horas de trabajo, aumenta el tiempo de sueño. Su
argumento es que como residente de primer año,
más horas de trabajo por semana da como resultado una
disminución del 19% en horas por semana de tiempo libre,
pero esto fue sólo asociado a 4% menos de horas de sueño.
Riesgos y efectos de la falta de sueño
El sueño es una obligación: no una elección.
A medida que las horas de trabajo aumentan, el sueño
es preservado como una gran fracción del tiempo libre.
Sin embargo, sabiendo que la semana tiene 168 horas, el personal
que trabaja más de 100 horas a la semana, posiblemente
no pueda dormir 8 horas cada noche.
Los efectos a largo plazo por restricciones en el sueño
en largos períodos de tiempo son desconocidos. Por razones
éticas no se han hecho estudios de esta índole,
previniendo la replicación en el laboratorio de un horario
de residente.
Si se logra confirmar por medios válidos el alto porcentaje
de errores médicos y accidentes que muestran encuestas
y reportes, la profesión médica estaría
obligada a mostrar los riesgos de una deprivación crónica
del sueño, a pacientes y a médicos.
En el Hospital Brighams and Women de Boston, se realiza un estudio
del sueño y horas de trabajo en los residentes del hospital,
que diariamente documentan horas de trabajo y sueño,
y completan cuestionarios que evidencian su estado de salud.
El sueño de ellos es monitoreado por polisomnografía.
Los resultados fueron publicados recientemente.
Los médicos residentes no conocen mucho más de
los beneficios de un buen sueño, que el público
en general. La creencia es que el médico se ajusta a
sus horarios y es capaz de funcionar sin ningún problema,
pero el hecho es que no hay evidencia que soporte esta creencia.
En un estudio de Stroll y colaboradores en el centro de desórdenes
del sueño de la Universidad de Case Western Reserve University,
se demostró que en 149 médicos residentes de 6
especialidades en 5 diferentes centros académicos alrededor
de Estados Unidos, la capacidad de aprendizaje y raciocinio
en operaciones complejas era disminuida por falta de sueño.
A su vez, esto empeoraba su capacidad de reacción al
manejar un vehículo automotor, comparándose su
estado con conductores en estado de embriaguez.
Esto fue confirmado por el grupo de investigación del
doctor Czeiser en Harvard: Se demostró que médicos
residentes están dos veces más en riesgo de sufrir
un accidente después de 24 horas de turno, comparado
con turnos más cortos. También demostró
que los médicos después de turnos extensos, incrementan
el riesgo de tener un accidente 6 veces más, y que muchos
se dormían mientras manejaban su vehículo. Asimismo,
se demostró que médicos con deprivación
del sueño cometieron un tercio más de errores
médicos durante turnos extensos, comparado con médicos
en turnos más cortos.
En nuestra profesión siempre ha existido la creencia
de que ciertas cosas son imposibles de cambiar, y así
muchas directrices de la práctica médica son impuestas
de generación en generación. Cuantas veces hemos
escuchado: Si yo lo hice, Usted es capaz. O, antes
era mucho peor
esto ahora es un paseo. Mucho debe
cambiar entonces en nuestra profesión, y entre ellas
está la necesidad y la obligación de proteger
a nuestros médicos: los programas de residencia se deben
responsabilizar por sus residentes, y consecuentemente, por
la salud del paciente.
¿Cómo cambiar?
Disminuyendo los horarios de turno; promoviendo información
de cómo aprovechar y manejar el tiempo para asegurar
las horas necesarias de sueño; educando tanto a los administradores
de la salud, directores de hospitales y directores de programas
de residencia, en la importancia del sueño y el impacto
que puede tener en el médico y en el cuidado del paciente;
creando espacios en el hospital destinados exclusivamente para
el descanso del médico; considerando la modificación
de discusiones científicas a horarios en los cuales el
médico residente pueda atender y responder a esta tarea
sin dormirse; y en casos en que las situaciones sean inmodificables
y se persista en horarios extensos, dar protección a
médicos y transeúntes, con facilidades para el
transporte de los clínicos.
Las universidades e instituciones clínicas deben empezar
esta tarea muy pronto, pues como se dice, en este caso si que
más vale prevenir que curar . |